Ciudad es destino; inculcación de la sombra de la conciencia que pregunta por el ser, y fundación de la luz que abre la noche a la claridad del pensamiento con el filo de la primera ciudad humana: el lenguaje, morada del hombre. Si origen es destino, la memoria es la escritura de lo que somos, de lo que no queremos ser, de lo que nos acecha y de lo que nos elude…